Yo
esperaba poder escribir de las primeras dos giras que realizamos el miércoles,
pero en cambio parece más apropiado para escribir un homenaje a un gatito recién
nacido encontrado entre los 2 tour que iba a tener una vida muy breve.
El
grupo del tour de la mañana del miércoles 7 de agosto fue una familia holandesa
que vive en Irlanda, hija, madre y abuela, de vacaciones, pero en busca de
trasladarse aquí en breve. Sólo pudieron completar la primera parte de la gira
y de por sí resultó bien, porque en el camino de regreso me encontré con
'Luca'.
Bajaba
un tramo de escaleras de un parque y un chillido atrajo mi atención a él.
Yo pensaba que era un topo o una rata en un principio. Era evidente que estaba
perdido y de mucho dolor en busca de su mamá.
Por poco evitó caerse a través de una reja en el abismo de una
alcantarilla abajo.
Cuando
lo cogí todavía tenía el cordón umbilical. Estaba cubierto con trozos blancos,
que en ese momento yo pensé que era una especie de vida vegetal, pero más tarde
(correctamente) se me ocurrió fueran huevos de mosca. Parece que tan pronto como
se le dio a luz un enjambre de moscas descendió sobre él y no le mostró piedad alguna.
Tenía
que asumir que su madre era una gata que le vi el día anterior. Una gata muy
mansa que debe de haber sido abandonado porque nunca la había visto antes.
Según su
alimentador, un argentino jubilado, estaba embarazada. Parecía más que
ella estaba con leche, pero supuse que mejor la conocía. Al descubrir 'Luca' el día siguiente, parece
que no. Luca estaba relativamente lejos
cuesta abajo de donde estaba su madre, por lo que se hicieron llamadas
telefónicas y 45 minutos más tarde se le está dando biberón.
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Llegué
con él exactamente a las 16:00 a punto para la segunda gira con Deborah, una
señora inglesa que lleva 30 años en un pueblo cerca de Girona, a sólo 80
kilómetros al norte de Barcelona.
Llegué
con él exactamente a las 16:00 a punto para la segunda gira con Deborah, una
señora inglesa que lleva 30 años en un pueblo cerca de Girona, a sólo 80
kilómetros al norte de Barcelona.
Al
terminar el tour tomamos algo y Deborah le dio a Luca su segundo biberón.
Después de decir adiós a Deborah en la Plaça de Catalunya y dándole las gracias por su generosa donación, tomé Luca de vuelta a casa para hacerme de ‘canguro’ hasta llegara su "madre adoptiva" el día siguiente.
Es para entonces se me había ocurrido que los trocitos blancos de la vida vegetal fueron de hecho los huevos de mosca y procedí arrancarlos cuidadosamente todos los visibles. Algunas estaban profundamente arraigados.
Después de decir adiós a Deborah en la Plaça de Catalunya y dándole las gracias por su generosa donación, tomé Luca de vuelta a casa para hacerme de ‘canguro’ hasta llegara su "madre adoptiva" el día siguiente.
Es para entonces se me había ocurrido que los trocitos blancos de la vida vegetal fueron de hecho los huevos de mosca y procedí arrancarlos cuidadosamente todos los visibles. Algunas estaban profundamente arraigados.
El día
siguiente era difícil dar Luca biberón y él estaba visiblemente debilitado. Con
el tiempo me di cuenta de porqué.
Levanté la pierna derecha, que parecía extrañamente apático y descubrió
una herida abierta. Él estaba siendo devorado desde dentro por los gusanos.
Lo
llevé de prisa a un veterinario. Estan casi todos cerrados en agosto y mis tres
más cercanos estaban cerrados también.
No
había forma de salvar su vida, así que no tuvimos más remedio que
aplicar la eutanasia.
Más de
una lágrima o dos fue derramada (y ya entran de nuevo al escribir).
Siempre
es dudoso que un cria tan joven vaya a sobrevivir, a menudo rechazan
bibéron, pero Luca tragó biberón con
ganas. Iba a sobrevivir, o al menos lo habría hecho si los huevos de moscas no
se hubieran empotrado dentro de él.
Al
menos por un tiempo muy corto, por breve que fuera, Luca conocía el amor, y se
salvó de los horrores peores de la suerte que se le acechaban.
No quiero ni
pensar de la suerte que sufrieran sus hermanos.
Por si
acaso han sobrevivido, nos esperamos un buen rato hasta que castramos a la
madre hasta que sus niños pudieran comer. Es incalculable cuántos horrores como
éste se han evitado a través del programa altamente desarrollado de Barcelona
del CNR (Control, neutro, vuelta). Trágicamente, este es uno de los casos que
no se podía evitar, y no hay mejor motivación para realizar la faena que
hacemos.
Orginalmente le puse el nombre de 'Birdie', una version de 'Bridget', el nombre de la hija de la familia Holandesa, pero al
final le dio el nombre 'Luca' por ser 'luchador'.
Luchó por su vida de verdad. Voy a seguir luchando en su memoria para
que este proyecto cumpla su potencial enorme.
Que
descanses en paz pequeñito Luca, y que el cielo te espera. Que Dios te guarda.
Graeme
(Coordinador
y Guía, BCN ♥ Cats)
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